El Experimento


Antes de comenzar me gustaría apuntar que el fragmento de la película de “el experimento” que vimos en clase fue interesante a la hora de plantear cuestiones sobre la identidad, los roles o el maniqueísmo, pero como en muchas otras ocasiones, la realidad supera con creces a la ficción y en este caso creo que la realidad en la que está basada este hecho da muchos más escalofríos al comprobar que la ficción aun se ha quedado un poco corta en relación a los hechos reales, simplemente estuve indagando por internet y encontré la pagina: http://www.prisonexp.org/espanol/, que relata con todo detalle lo que sucedió durante “el experimento” que se llevo a cabo en la universidad de Stanford durante el verano de 1971 a cargo de Philip G. Zimbardo.

Una de las cuestiones claves, que mas me ha hecho pensar sobre estos hechos esta en torno a la identidad, y sobre cómo somos capaces de asumir ciertos roles aunque en el caso de este experimento, se tenga en principio cierta conciencia de artificiosidad, aunque esta idea se termine diluyendo en una “realidad” creada, que tanto victimas como verdugos son capaces de asumir con una facilidad asombrosa, aunque he de apuntar que en el experimento de Stanford, se crearon ciertas normas y se aplicaron formas que no aparecen en la película, que favorecieron aun más el entorno real dentro de la artificiosidad.

Esta cuestión crea un paradigma que en la realidad tenemos completamente asumido, donde acaba nuestro papel y donde empieza nuestra identidad, cual es la capacidad que tenemos de asumir un papel como algo identitario, y como los diferentes códigos que tenemos para diferenciar los patrones de conducta nos hacen comportarnos como tal, es decir, que es lo que nos hace creernos lo que somos, hasta qué punto el traje de policía nos hace sentirnos como un policía, y si entramos en ese rol, que nos motiva a comportarnos del mismo modo de todos aquellos que hemos conocido con ese rol.

La idea de identificar o asociar ciertos roles a un uniforme o un comportamiento ha sido usado desde hace siglos, como por ejemplo el mundo militar, que trata de moldear la identidad de todos sus componentes, hasta hacer identitario el rol que se les ha hecho asumir, aunque me parece más interesante roles que asumimos mas sutilmente, tratando esto de un modo personal, puedo recordar que el comportamiento y el rol que podía tener cuando estaba al mando de personas (todas ellas de mayor edad que yo), porque dentro de la empresa en la que trabajaba ese era mi papel, y aunque en un principio estas personas no me asociaban como un ente de autoridad, no les costó asociarlo tras unas cuantas disputas, sin embargo en mi papel como estudiante no asumo el mismo rol que podía desempeñar como encargado déspota, pero ambos roles estas dentro de mí, porque es el papel que se nos ha asignado, estando preparados para ello o no.

Otra cuestión capital que se puede sacar de este experimento se trata de la falsa maniqueista. Culturalmente y en especial en el ámbito religioso hemos disociado las ideas y las identidades del bien y del mal, como dos entes separados y representados cada uno con sus símbolos e iconos, lo bueno no puede ser malo y viceversa, cuestión que a través del experimento creo que quedan tan difusas que hacen desaparecer las filosofías maniqueistas, creo que una persona está preparada para ser bondadosa y maliciosa al mismo tiempo, y ambos aspectos son totalmente compatibles, la cuestión es el rol que te toca desempeñar, es decir, los guardias de la prisión podían estas comportándose de forma que no se comportarían en su rol de la realidad, pero aun infringiendo una violencia física o psicológica a los presos, ellos creen estar haciendo lo que deben de hacer, y por lo tanto, están haciendo el bien según las idiosincrasia de un guardia.

Creo que los resultados y conclusiones que se sacaron de este experimento (el real) dan bastante “miedo”, en especial y hablando personalmente sobre, la frágil línea que separa lo que llamamos y asumimos como identidad, hablando de esta como algo propio, cuando en realidad esta identidad está completamente mediada por los papeles y roles que hemos asumido y asumimos en el mundo, lo que deja a lo que llamamos identidad siendo una mera ilusión de algo propio y personal, que se modula y fluctúa a través de las cartas que nos da la vida como en una partida de Póker, y solo cabe esperar tener una buena mano que no transforme nuestra identidad en algo más parecido a una fantasmagoría Goyesca que a nosotros mismos.